24/12/09

El repelús

Los hombres son iguales, aquí y en la China, así que este post no tiene mucho sentido lógico. Pero no puedo pasar las navidades sin comentar ciertos sucesos del pasado fin de semana en mi querida Dublín. Todo empezó el viernes: noche de salsa en un hotel de lujo a orillas del río; latinoamericanos, irlandeses y algún que otro español componían una mezcla explosiva de la que nadie parecía poder escapar. La música era buena, pues no sólo sonaba salsa en los altavoces, sino también otros estilos como la bachata, la cumbia, el merengue o el famoso reggaeton. Este último a mí en concreto no me agrada en exceso.
Total, que ya sabemos, y si no lo vais a descubrir ahora mismo, lo borrachos que son aquí los varones. No es ninguna exageración, simplemente expongo una realidad nacional irlandesa. Con el whisky del supermercado a 18 ó 20 euros la botella, no parece importar mucho a los dublineses rasgarse el bolsillo si a cambio consiguen un buen colocón alcohólico. Por lo tanto es muy habitual encontrarse a la gente (hombres el 90 por ciento de las veces) bastante ebria a las 8 de la tarde. A las 12 están vomitando en la acera, directamente.
Tanto beber tiene el típico problema de no saber tratar a los demás; corrijo: no saber cómo entablar conversación y/o bailecito con una mujer. Te agarran de donde no deben, te echan el aliento sin importarles el sufrimiento de tu olfato, te piden el teléfono 20 veces (no exagero nada). Y mientras se ríen de tu inglés, que evidentemente tiene algún que otro deje español/madrileño con los ejques saliendo de la garganta continuamente. En cuanto a los no irlandeses pero sí latinoamericanos, al abrir la boca parece que se han inmerso en una telenovela de piropos y palabras agobiantes del tipo linda, hermosa, mi niña bonita. No puede darme más repelús.
El principio de la velada fue muy divertido, simplemente bailando, riendo y muriéndome de envidia por no tomarme un mojito a 13 euros y bastante escaso. Sí, no estáis ciegos. Es el precio de Dublín. La cosa, sin embargo, empeoró rápidamente cuando decidí salir a tomar el aire porque no podía seguir con mi actividad respiratoria: una panda de brasileños empezó a rodearme, sus miembros toqueteándome y tomándome de la mano para que bailara con ellos. Intenté ser educada en inglés, cosa bastante imposible, creedme, pero mi paciencia atravesó el subsuelo y comencé a profesar insultos a diestro y siniestro y, lo que es peor, en español. La Garda apareció enseguida, así que no pasó nada más, pero el mal rato no me lo quita nadie.
Una vez más y siendo muy insistente, lo sé, he de decir que el alcohol en cantidades industriales sólo lleva a joder a una pobre joven que intentaba pasar un buen rato y, además, tener que hablar con la Garda, cosa que da un mal rollo horroroso.
Poco más. Esta noche es Nochebuena (y mañana Navidaad ) y habrá que pensar únicamente en paz y amor. O por lo menos intentarlo.

Os deseo a
tod@s unas muy felices fiestas y feliz año nuevo. Que todo sea mejor en 2010.

Un fuerte saludo!

3 cosita(s) que decir:

PABLO dijo...

Tienes toda la razón, el alcohol en exceso perjudica seriamente la razón y acaba con la educación. Y los irlandeses no tienen sangre, tienen guinness corriendo por sus venas. Que pases una feliz navidad!! Merry Xmas and have fun tonite!!

Alejandro Marcos Ortega dijo...

caguen los alcoholicos....

Ku dijo...

Vaya historieta, la verdad es que no debiste pasar un rato agradable.. peo bueno, este tipo de anecdotas son las que despues se cuentan (a toro pasado) y con las que incluso te echas unas risas...
Yo en mi viaje tengo ya varias (convenientemente censuradas en el blog...por mi familia entre otras cosas) e intento tomarmelas con filosofia.. estoy segura de que con todas ellas me voy haciendo un poquito mas fuerte cada vez, y al fin y al cabo...son gajes del oficio!

Un beso y feliz anio!!