Me encanta la música, como a casi todo el mundo. Disfruto con ella, río y lloro, pero nunca de mala gana. No me hace estar triste, si acaso recordar lo que no debo.
La oigo una vez tras otra y sólo se me ocurre volver a esa placita, con el frío invernal que te acuchilla y apenas te deja respirar. Mirando los copos caer y oliendo el chocolate caliente que Manuela prepara en ese encantador puestecito. Pensando lo que daría por no irme jamás de allí, de ese momento.
Y mi bola se queda sin pila. ¿Dónde ha ido la nieve?.
Quiero que vuelva.
1 cosita(s) que decir:
La nieve, al igual que esa plaza y ese chocolate siempre han estado y estarán dentro de ti :)
Publicar un comentario