Bajo a desayunar. Son las 11.30 de la mañana, Madrid, Calle General Perón. Día soleado y caluroso(ya se sabe cómo es el agosto en la capital).
Tostada con mantequilla y mermelada(va directo al culo, ahora que lo pienso) y café con leche ardiendo, porque la camarera debe odiarme o algo por el estilo. No sé muy bien.
Me decido a abonar el importe de mi desayuno, porque hacer un "sinpa" con 22 años me resulta un poco surrealista, a pesar de que no he cobrado y estoy sin un céntimo. En fin, como digo, voy a pagar cuando de pronto...
¡Mi billete de 5 euros decide darse un chapuzón en el café!
Sin querer tengo una nueva enemiga: a la camarerita no le gustan los billetes pringosos. Lógico, pero aun así también un billete duchado es dinero.
Así que una nueva anécdota absurda.
30/7/08
Cafetito
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 cosita(s) que decir:
Joajoajoa.
Qué cosas te pasan...
Publicar un comentario