5/9/08

Todavía queda buena gente

Hoy me he despertado pensando en el tiempo que me quedaba para poder iniciar el fin de semana y olvidarme de todo. Dejar la mente en blanco, vaguear, bañarme en la playa o comer lo que me dé la gana es lo único que me puede apetecer en este preciso momento. Y eso que algo nerviosa sí soy.

Me encantaría tumbarme en esa hamaca, la de mi tía Alba, la que tiene en su jardín entre los dos sauces y que más de una vez me ha dejado caer, con el consiguiente moratón.

Desearía ser tan volátil que pudiera transportarme en un segundo allí, al lugar que un día me regalaste. Porque en ese momento me hiciste feliz con muy poco, sólo usaste un guiño de ojos y un atardecer de ensueño.

Con muy poco pudiste hacer mucho. No todo el mundo lo consigue.

Gracias tía, eres la mejor.

1 cosita(s) que decir:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

jo, yo quiero una hamaca así, comer todo lo que quiera y oir y oler el mar... me gusta más verlo que tocarlo, pero bueno, cada uno hace lo que quiere no?