20/4/08

Un sábado más

Un barecillo muy mono en la calle San Andrés, cerca de Tribunal.
En cuanto abro la puerta del local, percibo un ambiente bohemio pero al mismo tiempo cargado de aires de grandeza. Los que allí se encuentran parecen querer aparentar ser unos seres diferenciados; ellos no son mortales cualquiera. Son "modernos".

Y es esa modernidad la que me deja fría, porque no entiendo por qué estoy ahí en ese momento, mientras siento que las miradas dicen muchas cosas, ninguna de ellas buena. "Sé que no es mi ambiente, pero ¡no me miréis así!"(dice mi amiga).

Tras la peripecia del bar, decidimos ir a Huertas pero, como siempre, el plan no está claro. Vueltas y más vueltas por Madrid, a unos 8 grados de temperatura(sin exagerar NADA) y decido que me quiero ir. Convenzo a mi inseparable y a nuestro nuevo amigo Oso y nos vamos de allí a un antro cuyo nombre no pronunciaré para no dañar vuestros oídos. ¡Pero lo pasamos genial!

Al final lo cutre y tirado es lo más satisfactorio. Siempre.

3 cosita(s) que decir:

iketius@hotmail.com dijo...

100% de acuerdo en todo. (Qué noche más rara...)
A mí tampoco me hacen sentir cómoda los modernos. Como dije anteriormente, ¿es que todo se rige hoy día por modas?

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Si hija si, está clarísimo. He vuelto y mas comentaroso que nunca! jajaja

Anónimo dijo...

Puse un comentario pero ha salido... Así que vuelvo a postear:

Sí, aunque fuera un antro, lo pasamos genial. Lo que demuestra una vez más, que lo que verdaderamente importa no es la calidad del garito, sino la gente con la que acudes.