Y espero

Sentada en una incómoda silla de madera en la biblioteca de la facultad, esperando a que mi futuro se decida, en parte, a través de la publicación(o no, porque igual me hace volver otro día) de mi nota de Historia del periodismo. Sentada y mirando a todas partes, viendo cómo un sitio que el pasado junio llegó a agobiarme, ahora es un remanso de paz. Apenas habrá 10 personas aquí dentro, sin hacer ruido, cada una de ellas pensando en cualquier cosa que, seguramente, no tenga nada que ver con los horribles exámenes.

Y yo espero. Espero para saber si mi último año de la carrera tendrá como carga una asignatura que me sé de memoria o, en cambio, será un curso relajado y en el que sólo tendré que preocuparme de las materias que engloba el mismo y que todavía desconozco.

Espero atentamente a que el profesor sea justo y me ponga el aprobado que merezco y merecí en junio. Intento calmarme y pensar que a veces es mejor "sufrir" una vez para aprender.


Parece mentira cómo una persona puede hacerte sentir estúpida.


La espera se hace eterna.





Me va a dar algo.